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tumores de las
glándulas 
salivales

 

Los tumores de las glándulas salivales menores y submandibulares son poco frecuentes, pero pueden aparecer en personas de todas las edades. Estos tumores suelen encontrarse en la boca o la garganta y pueden ser benignos o malignos.

 

Las glándulas salivales menores se encuentran en todo el revestimiento de la boca, incluidas las mejillas, los labios, la lengua y el paladar. Las glándulas submandibulares están situadas debajo de la mandíbula y producen saliva que ayuda a lubricar la boca y facilita la digestión.

  • Los tumores benignos de las glándulas salivares menores y submandibulares suelen ser de crecimiento lento y no se extienden a otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para interferir en la alimentación, el habla o la respiración. Los tipos más comunes de tumores benignos son los adenomas pleomórficos, compuestos por una mezcla de tejido glandular y no glandular, y los mucoceles, quistes llenos de líquido que pueden formarse en la boca.

 

  • Los tumores malignos de las glándulas salivares menores y de las glándulas submandibulares son menos frecuentes pero más graves. Estos tumores pueden extenderse a otras partes del cuerpo y pueden ser difíciles de tratar si no se detectan a tiempo. Los tipos más comunes de tumores malignos son los carcinomas quísticos adenoides, de crecimiento lento pero agresivo, y los carcinomas mucoepidermoides, que suelen ser de crecimiento más rápido.

Los síntomas de los tumores de las glándulas salivares menores y submandibulares pueden incluir un bulto o hinchazón en la boca o el cuello, dolor o molestias en la boca o la garganta, dificultad para tragar o hablar, y entumecimiento o debilidad en la cara. El diagnóstico suele incluir un examen físico, pruebas de imagen y una biopsia para determinar el tipo de tumor.

 

El tratamiento de los tumores de las glándulas salivares menores y submandibulares depende del tipo y el estadio del tumor. Los tumores benignos pueden vigilarse para detectar su crecimiento o extirparse quirúrgicamente si causan problemas. Los tumores malignos suelen requerir cirugía para extirpar el tumor y el tejido circundante, así como radioterapia y/o quimioterapia para destruir cualquier célula cancerosa restante.

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